No hay nada como el colacao para saber lo puta que es tu vecina. Y, no me refiero, claro a tirarle el colacao por las tetas –para eso está el champán- y decirle “perdona, perdona…te chupo y como nueva”. La sutileza es la clave, y pulsar los timbres de tus vecinas para preguntarles si tienen colacao, es el camino que te dará la respuesta.
-Disculpa, ¿tienes colacao?
-Claro. Pasa.
No siempre te invitan a entrar a la primera, pero algo ya tienes ganado. Sabes que bebe leche chocolateada y que seguramente, al beberla, se le escape por las comisuras de los labios alguna babilla marrón. Por lo que se refiere a mí, he decir que la sola idea de ver su cara como si acabase de chuparme el nabo después de unas cuantas embestidas anales, es algo que me pone a mil.
Pero a lo que iba: no siempre te invitan a entrar nada más conocerte. A veces hay que esperar a que se de la situación adecuada. Recuerdo una vez, cuando volvía a casa en moto que…
-Disculpa, ¿tienes colacao?
-Claro. Pasa.
No siempre te invitan a entrar a la primera, pero algo ya tienes ganado. Sabes que bebe leche chocolateada y que seguramente, al beberla, se le escape por las comisuras de los labios alguna babilla marrón. Por lo que se refiere a mí, he decir que la sola idea de ver su cara como si acabase de chuparme el nabo después de unas cuantas embestidas anales, es algo que me pone a mil.
Pero a lo que iba: no siempre te invitan a entrar nada más conocerte. A veces hay que esperar a que se de la situación adecuada. Recuerdo una vez, cuando volvía a casa en moto que…
1 comentarios:
Que pequeño es el mundo de Onan, ya había visto el vídeo... pelirroja de rizos, con erótico inicio, buena pieza.
8 pajas
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